“En necesario brindar atención integral de salud durante el embarazo y parto para evitar muertes fetales, así como reforzar los servicios y aumentar la inversión en personal de enfermería y obstetricia” consideró la diputada Verónica Pérez Herrera al proponer reformar la Ley de Salud del Estado.

Al realizar la ampliación de motivos, informó que más del 40 por ciento de las muertes fetales se producen durante el parto, pérdida que podría evitarse con la asistencia de un profesional de la salud cualificado durante el parto y una atención obstétrica oportuna en casos de emergencia.

“Es evidente que brindar una atención médica de calidad y proporcionar ayudas y recursos que fomenten estilos de vida y embarazos saludables puede reducir significativamente el riesgo de que una mujer dé a luz a un bebé muerto”, comentó.

A nombre del Grupo Parlamentario del PAN, consideró que la mayoría de las muertes fetales se deben a la precaria calidad de la atención durante el embarazo y el parto. “El principal obstáculo es la falta de inversiones en servicios de atención prenatal y durante el parto, así como en el refuerzo del personal de enfermería y obstetricia”, reiteró.

La legisladora agregó que según la UNISEF cada 16 segundos, en alguna parte del mundo una madre sufre la indescriptible tragedia de traer al mundo un bebé que ha nacido muerto y en México, la tasa de muerte fetal tardía se reporta con rangos entre 18.5 y 20.8, algunos estados reportan 16.1, y los estudios más recientes reportan rangos diversos entre 9 y 31.

De esta manera, se busca establecer acciones concretas para la atención integral y multidisciplinaria de la muerte fetal y perinatal, a fin de garantizar el trato digno; el respeto y la protección de los derechos humanos, y el bienestar físico, psíquico y emocional de las mujeres, así como de las personas que las acompañen, en términos de la normatividad que para tal efecto emita la Secretaría de Salud.

Además, se establece como premisa, que las autoridades en materia de salud pública deberán llevar acciones para abordar, con sentido ético, respetuoso y humanitario, la muerte fetal y perinatal.

Finalmente, comentó que el duelo perinatal y neonatal constituye un dilema humano de gran impacto en la familia y profesionales de la salud, requiere de un equipo interdisciplinario para aminorar los efectos lesivos para la autoestima y seguridad de los progenitores.