“El interés superior del menor debemos entenderlo como el catálogo de valores, principios, interpretaciones, acciones y procesos dirigidos a forjar un desarrollo humano integral y una vida digna, así como a generar las condiciones materiales que permitan a los menores vivir plenamente”, señaló la diputada local por Morena, Karen Fernanda Pérez Herrera, al presentar una iniciativa de ley que pretende reformar diversos artículos a la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Durango.

Las adecuaciones al marco jurídico, buscan garantizar acceso gratuito a asistencia jurídica, psicológica y cualquier otra necesaria atendiendo a las características del caso, a fin de salvaguardar sus derechos, en términos de las disposiciones aplicables.

Cabe destacar que nuestra constitución establece que los niños y las niñas, tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento con el objetivo de lograr que se desarrollen de una manera integral.

Según la exposición de motivos de la representante popular, el UNICEF desarrolló el reporte “una situación habitual: la violencia en las vidas de los niños y los adolescentes” con los datos más actuales para ilustrar las formas específicas de violencia, la disciplina violenta y la exposición al maltrato doméstico.

“En nuestro país, en 2015, al menos 6 de cada 10 niñas, niños y adolescentes de 1 a 14 años experimentaron algún método violento de disciplina, y 1 de cada 2, sufrieron agresiones psicológicas, mientras que en el todo el mundo cerca de 130 millones de estudiantes entre las edades de 13 y 15 años, experimentan casos de acoso escolar; y cada siete minutos, en algún lugar del mundo, un adolescente es asesinado en un acto violento”, expresó.

Asimismo, la legisladora lamentó que la violencia hacia los niños, se justifique como una forma normal de disciplina, indicando que no lo es, pues cada una de estas manifestaciones tienen un impacto negativo en el desarrollo de la autoestima del infante.

“La violencia contra los niños muchas veces se justifica como si fuera algo necesario o inevitable. En ocasiones, hasta puede que se acepte de una manera tácita debido a que quienes la infringen son familia, amigos o conocidos. En esas ocasiones, la violencia se disimula, y esto hace que resulte difícil prevenirla y eliminarla”, aseveró.