Se tiene que trabajar en reformas Constitucionales que eviten el “Chapulineo político”, en lo que se refiere a la reelección de diputados locales y ayuntamientos, consideró el diputado Gerardo Villarreal Solís.

“En nuestro Estado el articulado correspondiente a la reelección, deja muchas puertas abiertas, y termina siendo impreciso, lo que permite una especie de “chapulineo político” ya que al momento de ir en coalición o en candidatura común, una persona podrá postularse nuevamente para otro periodo por diferentes partidos”, puntualizó.

Además, destacó que no basta la renuncia de la militancia, porque hay casos en el Estado en donde la persona se postula por un partido en el que sus estatutos y métodos de selección no impiden que provenga de otro partido, a lo cual no tiene que renunciar a su militancia, y una vez que termine una legislatura o ayuntamiento esta persona podrá postularse por el partido que cuente con su militancia.

En este sentido, explicó que deberán realizarse modificaciones constitucionales para establecer la posibilidad de reelección consecutiva de diputados hasta por tres periodos consecutivos, en la reelección de los miembros de los ayuntamientos, por un periodo adicional, siempre y cuando la duración del mandato de los ayuntamientos no sea superior a tres años.

En ambos casos la postulación sólo podrá ser realizada por el mismo partido en el caso de ir en forma individual en la contienda o por el partido de origen cuando se integre una coalición o candidatura común que los hubiese postulado.

“La posibilidad de la reelección inmediata de diputados permitirá que los votantes tengan un vínculo más cercano con sus representantes, pues servirá como un medio de ratificación de su labor, esto mejorará varios aspectos esenciales de la función legislativa, tales como la rendición de cuentas, la profesionalización del ejercicio parlamentario y la continuidad de las decisiones que ofrezcan mejores resultados”, destacó.

Villarreal Solís reiteró que desgraciadamente la ley es ambigua y poco clara, lo que termina en problemas graves de interpretación tanto por las autoridades electorales como por los partidos políticos.